Los perros de apoyo emocional son mascotas que ayudan a sus dueños a superar algún
problema emocional o psicológico, como por ejemplo, fobias, estrés, depresión etc.
Estos perros suponen un soporte imprescindible para garantizar el bienestar tanto físico
como emocional de la persona a la que acompañan. Su presencia y el contacto con ellos
tienen unos efectos muy positivos sobre la salud de las personas.
El concepto de animal de apoyo emocional (cualquier tipo de animal) surgió en Estados
Unidos, aunque poco a poco se va extendiendo a otros países del mundo.
Los perros de apoyo emocional se consideran necesarios para la salud mental de su dueño.
Se emplean, sobre todo, para casos de trastorno de pánico, trastorno de estrés
postraumático, ansiedad, depresión y fobia social.
Para ser considerados animales de apoyo emocional, los perros tienen que ser “prescritos”
a sus dueños por un profesional de la salud mental.

Diferencias entre un perro de apoyo emocional y un perro de asistencia
Los perros de asistencia están especialmente entrenados para ayudar a personas con algún
tipo de discapacidad o trastorno. Son perros de asistencia los perros lazarillo, los perros de
respuesta médica (para detectar ataques de epilepsia, bajadas de azúcar en personas con
diabetes, etc.) o los perros de señalización de sonidos para personas sordas, por ejemplo.
Por su parte, los perros de apoyo emocional son aquellos que no están entrenados para
realizar ninguna tarea en concreto y cuya misión consiste en acompañar a sus dueños para
ayudarles emocionalmente en su día a día.
Los perros de terapia son animales que asisten en actividades terapéuticas puntuales, tanto
individuales como en grupo.